Este alojamiento con estilo es perfecto si quieres unos días de desconexión en plena naturaleza.
Un adosado con jardín, escondido en un entorno rural, pero con todas las comodidades para disfrutar de una estancia de lujo. Con una decoración cuidada al detalle, que te hace sentirte confortable y como en tu propio hogar desde el primer momento. La calidez, el buen gusto y la luz son las características más destacadas de este inmueble, además de su ubicación, rodeada de bosques, pero a solo 10 minutos de la playa de Oyambre, dos kilómetros de arena blanca, reserva natural de Cantabria. A 12 minutos en coche de Comillas.
La vivienda dispone de dos plantas más una buhardilla, con un total de tres habitaciones dobles y tres baños y un jardín.
La vivienda está distribuida en dos plantas y una buhardilla. En la planta baja está el salón con chimenea, siempre con leña preparada en la temporada de invierno, un sofá y dos butacas con mantas.
A continuación está la zona de comedor, junto a la cocina que está abierta a este salón y equipada con horno, microondas, tetera, cafetera e utensilios de cocina. También en esta planta baja hay una habitación doble con aseo incluido.
En la primera planta se encuentra otra habitación doble con baño propio y bañera. En esta planta hay otro baño, también dotado con bañera, y a continuación una sala de estar.
Por último, en la buhardilla, hay otra habitación doble con zona de ropero.
Este adosado con jardín se encuentra en una ubicación privilegiada, en el municipio de Valdáliga, lejos del ruido, el tráfico o la contaminación, ya que en El Tejo, a los pies de la ría La Rabia, solo se disfruta de la paz, la tranquilidad y el aire puro de sus bosques y sus playas. A solo 10 minutos del Parque Natural de Oyambre, con una de las playas de mayor extensión de la región, de dos kilómetros de arena blanca y dunas.
También está cerca el bosque de La Charola, famoso por su gran riqueza de recursos naturales; del Monte Corona y del bosque de las Secuoyas, de Cabezón de la Sal, un paraje espectacular para perderse entre árboles de más de 115 metros de altura.